¿cuál es tu zamba preferida?

¿cuál de estas chacareras es tu preferida?

¿Cuál es tu danza preferida?

lunes, 12 de mayo de 2008

Mientras cantan los coyuyos...

Aguatera de "El Zanjón".
¡Alhaja niña morena!
Fuego de selva en los ojos
y música en las caderas.

Desde la acequia a tu rancho
bajo el rigor de la siesta.
Arena, sol y algarrobos
en tu tierra santiagueña.

Aguatera de "El Zanjón",
eres la misma morena
que yo he visto en Sumamao
promesando a San Esteban.

Yo te he mirado, bailando
en la carpa de la fiesta.
Con tu vestido floreado
y un moño rojo en la trenza.

Pañuelo sabio de zambas,
ala en tu mano morena.
Y despertando caprichos
al zarandear chacareras.

Huarminita de los montes.
Virgen runa de la selva.
Arena, sol, algarrobos,
y un cántaro en la cabeza.

Alguna vez en la vida
volveré por esa senda,
haciendo el mismo camino
entre tu rancho y la acequia.

Y he de saludarte al paso,
aguatera santiagueña,
mientras cantan los coyuyos
en el rigor de la siesta.
Atahualpa Yupanqui

Los Fenómenos Folklóricos






TOMAR MATE, LA DOMA Y LA JINETEADA, EMPANADAS CRIOLLAS, LOCRO Y HUMITAS, ASADO A LA PARRILLA, LA TABA, EL CARNAVAL, LAS DANZAS NATIVAS Y EL TANGO, ETC.

Los Fenómenos Folklóricos son:

· populares (propios de la cultura tradicional),
· colectivizados (socialmente vigentes en la comunidad),
· empíricos, espontáneos, funcionales, tradicionales, anónimos,
· regionales (geográficamente localizados) y
· trasmitidos por medios no escritos ni institucionalizados (trasmisión oral).

Se llama también “folklore” a ciertas expresiones, en particular de carácter artístico, como danzas, canciones, música, representaciones teatrales y cinematográficas, etc., no producidas espontánea y tradicionalmente en una región determinada por el Folk., sino cultivadas por artistas determinados que reflejan en sus obras, el carácter, las formas o el ambiente propios de la cultura popular.
No son por lo tanto fenómenos folklóricos, sino proyecciones de esos fenómenos en el ámbito de las ciudades, en el plano de la creación artística individual y destinadas a un público que no es por cierto el “Folk.” Y que con frecuencia se reduce a refinadas “élites”.

Las proyecciones folklóricas revelan inspiración folklórica y se manifiestan en los más diversos campos: novela y cuento, poesía y sainete, música y coreografía, radio y televisión, pintura y escultura, cine y fotografía.

El aprovechamiento de materiales folklóricos en la escuela, la enseñanza metodizada de las Danzas Nativas, son interesantes ejemplos de carácter pedagógico.

Las proyecciones del folklore son legítimas cuando se afianzan en el conocimiento directo y en la documentación veraz de los fenómenos, en la compenetración del autor o del productor con el espíritu característico y con el estilo representativo del complejo folklórico que se trata de reflejar. Dignamente expresadas, prestigian el folklore de un país y contribuyen a que trascienda de su realidad viviente y de su documentación técnica a planos más difundidos y a veces universales, acentuando la personalidad cultural del país.
A la inversa, las expresiones chabacanas e irresponsables conspiran contra el patrimonio espiritual de la nación.



Extraído del libro “Esquema del Folklore” - Editorial Columba

Autor: Augusto Raúl Cortazar (abril de 1959) - Ex Director del Fondo Nacional de las Artes.
Doctor en Filosofía y Letras. Abogado, historiador y profesor. Especialista en Literatura Argentina y Folklore.
Presidente del Congreso Internacional Permanente de Folklore (buenos Aires, 1960).
Creador de la carrera de Licenciatura en Folklore.




En 1985 fue premiado con el Konex de Brillante


Atahualpa Yupanqui


PREMIOS KONEX
1985 -
Música Popular
Premio Konex de Brillante


1985 -
Música Popular
Premio Konex de Platino
Autor de Folclore


1985 -
Música Popular
Diploma al Mérito
Autor de Folclore


1984 -
Letras
Diploma al Mérito
Regional

Konex de Brillante 1985 y Premio Konex 1984
Es el mayor referente de la música folclórica Argentina.
Autor, compositor, guitarrista, cantor, recopilador. Desde muy joven compuso y actuó en el noroeste de Argentina y en el Altiplano. Se interiorizó en las viejas culturas aborígenes. A partir de 1950 comenzó a viajar a Europa y compartió el escenario en París con Edith Piaf.
Sus obras y actuaciones eran ampliamente reconocidas en Argentina, Latinoamérica, Europa, Medio Oriente y Japón. A partir de 1967 se instaló en París y recién en la década del 80 decidió vivir un tiempo en Argentina y otro en Europa.
Entre sus libros se destacan: "Piedra sola" (1940), "Aires indios" (1943), "Cerro Bayo" (1953), "Guitarra" (1960), "El canto del viento" (1965), "El payador perseguido" (1972), y "La Capataza" (1992).
Las formas musicales que utilizó con mayor frecuencia fueron la zamba, la canción norteña, la vidala, la chacarera, y la milonga. Entre sus canciones más conocidas se citan: Luna Tucumana, Los ejes de mi carreta, El arriero, El alazán, El aromo, La colorada, La añera, Adiós Tucumán, Zamba del grillo, Caminito del indio, Chacarera de las piedras, Milonga del solitario, Cruz del sur.
Entre sus discografías se destacan: "Testimonio I y II", "Leyendas", "Maestros del folclore", "La magia de Atahualpa Yupanqui", "20 Grandes Exitos", y "From Argentina to the world".
En su extensa carrera ha recibido los siguientes premios y distinciones:
· Primer Premio de Karlovy-Vary (Checoslovaquia) por la música de la película "Horizontes de piedra" (1956),
· Premio de la Academia Charles Cross de París (1950, 1968, 1969),
· honrado en las ciudades de Veracruz (México), Arles (Francia), Berlín (Alemania), Medellín (Colombia), Santo Domingo (Rep. Dominicana), Lima (Perú).
· También en la Argentina por: Santa Fé, Tucumán, Pergamino y Córdoba,
· Gran Premio de Folclore- Sadaic (1970),
· Premio "Tenco" 80 en el Festival de San Remo (Italia),
· Diploma de Honor del Consejo Interamericano de Música de la OEA (Washington) (1983),
· Premio Caballero de las Artes y Letras, Ministerio de Cultura de Francia (1986),
· Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires (1991).

fuente: http://www.fundacionkonex.org/premios/curriculum.asp?ID=180

¿Que nos pasa con nuestro idioma?


“Idiomacidios”: una cotidiana mala praxis

Algunos no pueden proteger el patrimonio comunitario porque no están capacitados para captar su valor. A intelectuales, docentes y periodistas les cabe la responsabilidad de cuidar la lengua. Da la sensación de que optamos por asistir con pasividad a la destrucción de nuestro idioma. Es más: colaboramos con ello. Por Claudia Nicolini para LA GACETA - Tucumán.

Escribe CLAUDIA NICOLINI: Licenciada en Psicología; correctora de pruebas de LA GACETA.

Son tiempos de lucha. Tiempos de defender lo que nos identifica, nos representa, nos define, nos duele y nos construye como comunidad. Tiempos de decirles basta a quienes atentan contra nuestro patrimonio. “Hacienda que alguien ha heredado de sus ascendientes”, lo define el Diccionario de la Real Academia Española. Insisto: son tiempos de lucha. Muchas veces no se nota, pero lo son. • Greenpeace busca, mediante acciones no violentas, proteger el medio ambiente. Nació en Canadá para resistir pruebas nucleares estadounidenses en Alaska, pero amplió muchísimo su radio de acción y sus miembros ponen en riesgo la vida con frecuencia.• Desde hace tiempo, en la web se llama la atención sobre el riesgo que corre la Triple Frontera. Se aduce que los EEUU insisten en calificarla “zona roja de actividad terrorista”; buscan, como en Irak, una excusa para intervenir. No hay petróleo. El tesoro será, en el largo plazo, mucho más valioso: una inmensa reserva de agua dulce. • 15 meses atrás, Gualeguaychú era conocida por su carnaval. Hasta que se inició en Fray Bentos la construcción de dos procesadoras de celulosa. Hoy, los gualeguaychenses resisten en la ruta y defienden a capa y espada lo que están convencidos de que les corresponde: el derecho a que el río Uruguay no se transforme en un basural. • Durante el tórrido y lluvioso verano tucumano, una movilización ciudadana -que fue haciéndose masiva con el correr de las semanas- logró que el Gobierno revocara un decreto que permitía demoler algunos de los pocos sobrevivientes del patrimonio arquitectónico de la ciudad. No sé si se nota, pero poco a poco nos acercamos a casa.
Pasaron más de mil añosEn el año 978 vio la luz, en un monasterio perdido en la cordillera cantábrica, lo que se considera el primer texto en español. “Un español rudimentario, un español de nebulosa, de fruta verde todavía, donde la almendra a medio descascarar ya se adivina jugosa y dulce”, según la cubana Dulce María Loynaz, premio Cervantes y miembro de la Real Academia. La frase forma parte del discurso que pronunció el 23 de abril de 1978, en conmemoración de los 1.000 años del idioma. ¿Por qué el 23 de abril? Ese día, en 1616, murió Miguel de Cervantes Saavedra. En su honor se instituyó no sólo el Día del Libro, como lo reflejó este suplemento semanas atrás, sino también el Día del Idioma. Y el Quijote de Cervantes es “el monumento” más preciado de nuestro patrimonio como hispanohablantes. Para cuando apareció, hacía más de 100 años que, con su boda, los Reyes Católicos habían iniciado la unificación española -que implicó la generalización de la lengua castellana-, consolidada con la conquista de Granada en enero de 1492. Nueve meses después, Colón llegaba a América, y con él, el idioma. Mucho había cambiado; el árabe lo había alimentado y pronto se nutriría también de las lenguas aborígenes. “Torrente luminoso que volcó España en nuestro hemisferio”, llama la doctora Loynaz a este “español adulto”. “Gran don fue el suyo, y sólo suyo -añade-, aunque después nosotros nos hayamos apresurado en acrecentar la hermosura que se nos confiara. Ahora el idioma es obra de todos”. Otra vez de patrimonio se trata. Y entonces, si son tiempos de lucha, ¿por qué no luchar en defensa del idioma?
Hacerse cargoAlgunas personas no pueden proteger el patrimonio comunitario porque no están capacitadas para captar su valor. Entonces, se desperdicia agua; se tira basura donde no corresponde; un pucho mal apagado causa incendios forestales... Está mal, pero no es lo más grave. Lo grave son aquellos que tienen las herramientas para distinguir lo malo de lo bueno, y eligen lo malo. (Los pares antitéticos pueden reemplazarse: rentable/valioso; fácil/difícil; cómodo/trabajoso; deshonesto/intachable... ¿Hace falta seguir?) Estos, que sí las tienen, son, por ello mismo, responsables: gobernantes, profesionales, intelectuales, técnicos, docentes, periodistas...Pues bien: en esto de la lengua, docentes, intelectuales y periodistas (por lo menos) somos responsables, porque somos referentes en el uso del idioma, y porque nuestra forma de decir -o de escribir- influye, se difunde y se cristaliza. En consecuencia, por una cuestión ética nos toca de manera sustancial cuidar, defender y enriquecer nuestro idioma. Sin embargo, da la sensación de que optamos por asistir pasivamente a su destrucción. Es más: colaboramos con ella. Y no se trata de los neologismos ni de la incorporación, que afortunadamente la Academia acelera, de palabras que le aportan al español peninsular el de América y los otros idiomas. No. Me refiero a que escribimos mal y hablamos peor. A que las tildes bien puestas son más difíciles de conseguir que una audiencia con la Presidenta. A que usar correctamente las preposiciones parece más complicado que aprender chino. A que los diferentes tiempos verbales son tratados como si hubieran sido gestados por algún escritor trasnochado y extravagante, y no porque le indican al oyente -o al lector- momentos distintos de lo que se está narrando. “Se entiende igual”, decimos, con total desapego por lo nuestro, como apología de los cientos de “idiomacidios” que cometemos a diario... Y si algún tribunal pudiera juzgarnos, seguramente nos acusaría de “homicidio agravado por el vínculo”. Porque hay algo incontrastable: el lenguaje nos constituye a los hispanoablantes; es nuestro patrimonio común. Pero, además, periodistas, intelectuales y docentes (por lo menos), es nuestra herramienta de trabajo. ¡Y la usamos tan mal! ¿Qué diríamos de un cirujano que no supiera manejar su bisturí?; ¿que dejara por descuido, desidia o impericia una horrenda cicatriz a la hora de suturar, total la herida “se cura igual”?El 23 de abril de 1978 la doctora Loynaz insistía: “el idioma es obra de todos: los grandes escritores, oradores, poetas lo afinaron y extrajeron sus más recónditas esencias, se sirvieron con singular maestría del habla popular y hasta le adjudicaron jerarquías que debemos respetar, al menos mientras no se invente nada mejor. Todo esto lo hicieron los maestros del idioma, pero el idioma ya estaba allí. Y seguirá estando, mientras la misma masa anónima que le dio la vida no termine también por darle muerte”. El español está cumpliendo sus primeros 1.030 años. Nos toca a nosotros, los que tenemos la responsabilidad de usarlo bien, no permitir que aquel oscuro vaticinio se cumpla. © LA GACETA

FUENTE:
http://www.lagaceta.com.ar/
http://www.lagaceta.com.ar/vernota.asp?id_seccion=109&id_nota=270881